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¿Cómo puedes comercializar a tu hijo de esa manera? Solo te interesa el dinero.

Hay días en que no son los grandes golpes del destino los que duelen.

Son los comentarios. Las frases de gente que ni siquiera nos conoce.


"Esto no es vida."

"Lo mejor sería que muriera."

"¿Cómo puedes comercializar a tu hijo de esa manera? Solo te interesa el dinero."


Sinceramente, tal vez yo también habría hablado de la misma manera en el pasado.

Un chiste en la mesa de los habituales, una cerveza en la mano, uno se distrae de su propia vida, habla de los demás porque cree que lo sabe todo mejor.

Pero te digo una cosa: tener hijos lo cambia todo.

Te hace más humano, más vulnerable. Te muestra lo que es el verdadero amor.


El día que nacieron los gemelos, sentí por primera vez una verdadera responsabilidad en la vida. No la responsabilidad de un proyecto en el trabajo.

Ese miedo a que nada salga mal. Esa sensación de que ahora todo importa.

Y entonces ocurrió el accidente.


Desde entonces, Laura y yo hemos estado luchando todos los días: por la vida de Oliver, por las sonrisas de nuestros gemelos, por nuestro matrimonio, por nosotros mismos.

Quiero ser sincera: a menudo llego al límite. He sufrido tres crisis nerviosas. He gritado, llorado, pataleado. He rezado.

Grité a las paredes, grité a Dios, grité al destino.

Solo quería volver a tener a Oliver en mis brazos, como antes. Sentirlo, cómo respira. Cómo se ríe.


Y luego lees comentarios como

"Esta no es forma de vivir, ¿por qué le haces esto? Apaga el aparato."

Personas que nunca estuvieron ahí cuando estabas aspirando a tu hijo, cuando te quedabas despierta por la noche porque tenías miedo de que dejara de respirar.


Antes tenía una vida normal. Un buen trabajo, estable y de calidad. Gerente sénior en seguridad informática. Un sueldo de seis cifras en euros, casa y coche.

Trabaja duro, construye una casita: mi padre me enseñó cómo se hace.

Llevo 45 años con el mismo empleador; soy trabajador, responsable y sencillo. Además, llevo 26 años en la misma empresa.

¿Y ahora?

Ahora bien, existe otra manera. Una que nadie te enseña en la escuela.


Necesito encontrar la manera de que podamos sobrevivir como familia.

Cómo es posible que a Oliver, Sebastián y Julián todavía se les permita ser niños.

Cómo podemos reírnos aunque la vida nos lo haya quitado todo.


Ya no necesito casa. Ni coche de lujo. Ni pensión.

El hogar ya no es un lugar. El hogar es mi familia.

Si algún día tengo que irme, no pasa nada, siempre y cuando sepa que mis tres hijos y mi esposa están bien.

Hasta entonces, me esforzaré al máximo.

Trabaja duro, sin construir una casa.


Y sí, se trata de dinero. Pero no de la forma que piensas.

Estamos hablando de millones. De facturas que ninguna persona normal puede pagar. De sumas con las que nunca quise tener nada que ver.

Hemos informado de todo a las fundaciones: cada donación recibida, cada gasto, cada documento.

No tenemos nada que ocultar

Tuvimos que volvernos transparentes. Nuestras vidas enteras quedaron reducidas a números y documentos en Excel.


Todavía recuerdo cuando nuestros amigos empezaron con GoFundMe en mayo. No sabía nada al respecto.

Cuando desperté, había allí 17.000 euros.

Me daba vergüenza. ¿Qué pensará la gente de mí? No sabía si debía aceptarlo.

Pero sin eso, sin ti, Oliver no estaría aquí hoy, ¿y acaso estaría yo aquí?


Y lo diré muy claramente:

Nunca recibimos dinero alguno a través de un informe o una entrevista.

Nunca aceptamos ninguna oferta publicitaria.

Aquí también –a la izquierda y a la derecha– está claro.

Y no, "su anuncio no podía estar aquí".

Jamás haríamos algo así.

Porque esto no se trata de clics, ni de alcance, sino de la vida.


Y sí, compartimos nuestras vidas.

Porque es nuestra única oportunidad.

Porque da esperanza a los demás.

Porque queremos demostrar que incluso cuando todo parece perdido, se puede seguir luchando.


No quiero hacerme rico. Quiero volver a ver reír a mi hijo.

Quiero que mis hijos sean felices. Quiero que puedan volver a ser niños. Esa sería la riqueza más hermosa y la única verdadera que podría desear.

Y si eso significa renunciar a todo lo que he construido, que así sea.


Ojalá estuviera de nuevo sentado en mi mesa de siempre, con una cerveza y una ensalada de salchichas, hablando de "los Staubs".

Pero eso ya se acabó.

Soy una de esas personas de las que están hablando ahora.

Pero sé que estoy haciendo todo bien.


Porque lucho.

Porque amo.

No le desearía a nadie la experiencia que hemos vivido, pero sí le desearía a cualquiera el amor que sentimos. Por Oliver, por los gemelos y el uno por el otro.


¡Rendirse nunca fue una opción!


Gracias a todos los que le dieron, le dan y le darán a Oliver y a nosotros una oportunidad de tener una vida juntos.

Hoy, en la fiesta de Halloween del kínder. ¿De verdad creen que hubiera sido correcto apagar la máquina?
Hoy, en la fiesta de Halloween del kínder. ¿De verdad creen que hubiera sido correcto apagar la máquina?

 
 
 

4 comentarios


Cuando las personas no han pasado por una desgracias (Llámese accidente, enfermedad, nacer con alguna enfermedad rara) no sabe que está diciendo.

Tal ves aún no es padre de familia y si lo es quiere decir ( que hasta el día de hoy 29 de octubre 2025 siendo las 11.32pm ) todo le ha favorecido en su vida y entorno familiar y espero y deseo así de corazón que así siga, porque REITERO cuando es uno padre de familia hará absolutamente TOOODOOO lo que esté a su alcance para que Oliver principalmente salga adelante y pueda valerse por sí mismo, sea un niño feliz y que disfrute su niñez lo mejor posible y sus hermanos también.

Y lo digo LIZETTE…

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Son un ejemplo a seguir, el ver a Oli es saber que hay esperanza en esta vida, donde todavía hay personas que somos empatícas a situaciones que se presentan en el mundo, ustedes papás hermanos lo máximo mis respetos ante su actitud en este cambio de vida, Dios los bendiga

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Seguramente no saben lo que es el amor, seguro no tendrán hijos y su vida será una miseria. Uds son un ejemplo y Oli un verdadero guerrero que lucha por vivir.

Imagino esas facturas de los hospitales y los gastos que tendrán para que Oli esté así de divino. Se seguirá apoyando y a estos comentarios no hay que darles importancia, a palabras necias oídos sordos (como se dice en mi país)

A seguís apoyando a Oli y su familia, nos necesitan

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No entiendo cómo puede existir gente así, que lleven a unos padres que han sufrido y sufren al límite de dar este tipo de explicaciones, si os conocen un poquito desde el primer momento solo se ve de forma transparente el propósito de todo esto, necesitáis vitalmente ayudar a vuestro hijo, y vuestro hijo se ha convertido para muchas personas en fuente de esperanza, no me entra en la cabeza, cómo nadie puede oscurecer este propósito.

Seguiremos apoyándonos, y menos mal que todavía queda gente buena en el mundo, y vuestra familia es reflejo de ello. Tus padres que tanto te enseñaron tienen que estar orgulloso del hombre que eres!

Un paso más!

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