Por qué papá le habla en español a Oliver
- Stefan

- 18 sept
- 3 Min. de lectura
Mucha gente me hace esta pregunta: “¿Por qué no le hablas en alemán a Oliver?” Y, para ser sincero, no es nada fácil de contestar. Pero lo voy a intentar.
En Alemania estábamos rodeados de alemán por todos lados – o más bien del alemán suabo. En las reuniones familiares, con los amigos, en el kínder – todo era en alemán. Con los gemelos logramos que crecieran bilingües porque en casa fuimos muy estrictos: solo español. Si también hubiéramos hablado alemán en casa, nunca hubiera funcionado.
No existe una fórmula perfecta. Muchas personas dicen que cada papá debe hablar con los hijos en su lengua materna. Pero en nuestro caso el alemán ya estaba en todas partes, y yo mismo tenía mucha curiosidad por el español. Quería que formara parte de mi vida, incluso que un día me abriera puertas en lo profesional. Así que construimos nuestra vida en casa alrededor del español. No sabíamos entonces que esa decisión iba a ser una preparación para lo que estaba por venir.
Los hábitos no se quitan tan fácil. Laura y yo nos conocimos en Manchester. Ella había terminado su licenciatura y estaba viajando por Europa para mejorar su inglés. Yo estaba allá tres meses por un proyecto de mi empresa y pensé: “¿Por qué no meterme a una escuela de idiomas mientras tanto?” Así terminamos en la misma clase, y gracias a Laura aprendí inglés de verdad.
Toda nuestra relación, y después los primeros años de nuestra familia, crecieron en ese idioma compartido. Comprar una casa, las visitas al doctor, los nacimientos – todo lo vivimos en inglés. Incluso hoy en día, el inglés es el idioma donde compartimos la mayor parte de nuestro vocabulario. El alemán de Laura es excelente, casi perfecto. Pero la costumbre siempre gana. Cuando hablamos de temas serios, lo hacemos en inglés. A veces le decimos nuestra “lengua secreta”. Y, viéndolo en retrospectiva, también eso fue una preparación. Sin ese nivel de inglés, Chicago no hubiera sido posible para nosotros.
Con Oliver casi siempre hablo en español. En parte porque ya es una costumbre, y en parte porque siento que es lo que más le ayuda en este momento. Con dos años recién cumplidos, lo más importante es que se sienta seguro y cómodo con el idioma que lo rodea. ¿Va a crecer bilingüe como sus hermanos? Tal vez sí, tal vez no. Si todo en la vida fuera estable y con salud, podríamos proponernos esa meta. Pero por ahora, la salud es lo único que importa. Todo lo demás pasa a segundo plano.

Nadie estaba preparado para dejar nuestra casa de un día para otro y emigrar de golpe. Siempre pensé que el español lo iba a necesitar solo hasta cierto nivel. Pero después del accidente, en esas primeras semanas en el hospital, estaba solo. Laura también estaba muy grave. Y ahí entendí lo crucial que es el idioma. Cuando los doctores te explican la condición de tu hijo o cuando tienes que tomar decisiones sobre la cirugía de tu esposa – cada palabra cuenta.
Por eso ahora lo veo como una oportunidad para exigirme más. Estamos en México, y la mayoría de la gente no habla inglés. La integración empieza con el idioma. Cuando entiendes la lengua, entiendes la cultura, las reglas, incluso la manera de pensar de la gente. Aprender un idioma también significa aprender la historia de un lugar.
Claro que sigo hablando alemán con los gemelos. Cuando estamos solos, cuando vamos al parque o cuando jugamos Mario Kart en el Nintendo. Quiero que conserven su idioma. Sí, ahora les faltan algunas palabras que hubieran aprendido en la vida diaria en Alemania. Pero ya tienen el ritmo de la lengua adentro, y eso significa que lo podrán recuperar más adelante.
En Chicago se dieron cuenta muy rápido de que con alemán y español no era suficiente. En el parque querían jugar con otro niño y yo tuve que ser el traductor. Ahora aquí en México van al kínder y tienen dos horas de inglés todos los días. Están súper motivados, porque saben que en la primavera de 2026 regresaremos a Chicago. Y ya tienen una frase bien aprendida que quieren decir allá: “Please help Oliver, Dr. Bydon!” („¡Por favor ayuden a Oliver, Dr. Bydon!”)
Sabemos perfectamente lo importante que son los idiomas. Compartimos nuestra vida tal cual es. Y esa es la verdadera razón por la que, como papá, en los videos casi siempre le hablo en español a Oliver.




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