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Esto es lo que pasará con Oliver y las células madre en 2026.

  • Foto del escritor: Stefan
    Stefan
  • hace 4 días
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: hace 4 días


Esperanza, desesperación y la decisión de no parar.


Todo el mundo conoce la historia de Oliver.


La historia de Oliver ya la conocemos todos.

Tras el accidente automovilístico, le permitieron salir del hospital en México después de cinco semanas, tras 39 días. En teoría, parecía un gran avance. En realidad, fue el comienzo de una nueva realidad.


No volvimos a casa. Llegamos a una habitación adaptada en casa de mis suegros en México. Una habitación que de repente tenía que ser todo a la vez: dormitorio, sala de cuidados, unidad de cuidados intensivos. Cuidamos de Oliver nosotros mismos. Las 24 horas. Siempre estábamos ahí. Siempre.


Después de solo una semana, lo supimos: Esto no es vida. Ni para él. Ni para nosotros.


Cuando la esperanza desaparece


No podíamos imaginar que Oliver estuviera en cama todo el tiempo. Toda su vida. Que eso fuera todo. Y aquí comienza algo que solo podrás entender si lo has vivido en persona.


Estás desesperado.

tu gritas


Grité.

Laura gritó.


Golpeamos las paredes. Lloramos. No en silencio. No de forma controlada. Pero tan fuerte que no podíamos respirar. Las lágrimas caían como cascadas. Necesitábamos consuelo. Y no había consuelo. No había palabras que nos hubieran ayudado. Ningún abrazo hubiera sido suficiente.


Ahora sabemos lo que se siente ser padres sin esperanza.


La búsqueda de cada brizna de paja


Y entonces ocurre algo que probablemente todos los padres en esta situación experimentan. Empiezas a buscar. No de forma sistemática. No racional. Sino desesperadamente. Buscas cosas que ni siquiera sabías que existían. Historias. Experiencias. Cualquier cosa que pueda permitir un resultado diferente.


Así fue como descubrimos la terapia con células madre.


No porque de repente creyéramos en milagros. Sino porque creíamos en posibilidades. Y porque vimos que Oliver luchaba. Que su cuerpo mostraba cosas que, según los libros de texto, no deberían haber sucedido.


Por qué la terapia sola no es suficiente para nosotros


La terapia es importante. Muy importante.

Sostiene. Estabiliza. Entrena. Ayuda a aprovechar al máximo lo que hay.


Pero la terapia no devuelve lo que se ha perdido.

No forma nuevas conexiones neuronales.

No repara la médula espinal.


Y una vez que hayas experimentado lo que es ver a tu hijo de repente volverse incapaz de moverse y necesitar una máquina para respirar, entonces "mantenerlo estable" ya no será suficiente.


La historia de Chris Barr y por qué nos da esperanza


En esta búsqueda nos topamos con la historia de Chris Barr.

Un hombre adulto sufrió un accidente de surf. Yacía inmóvil en el agua. Estaba muerto. Tuvo que ser reanimado. Ocho vértebras cervicales rotas. Paralizado de cintura para abajo.


A él también le dijeron que no se podía hacer nada más. Incluso le dijo a su esposa: «Desconéctalo».


Sin embargo, Chris Barr eligió un camino que muchos consideraban poco realista: la terapia con células madre, supervisada por el Dr. Mohamad Bydon. Sin garantías. Sin promesas. Solo investigación. Experiencia. Y tiempo.


Hoy Chris puede ponerse de pie y caminar de nuevo. No de forma perfecta. No sin limitaciones. Pero con habilidades que nadie creía que ya tuviera.


Este vídeo muestra parte de su historia y nos conmovió profundamente:


Chris no es un milagro. Pero es la prueba de que las cosas pueden cambiar. Y eso es precisamente lo que desencadenó algo en nosotros.


Los niños no son adultos pequeños


Claro que no todas las historias son iguales. Un adulto no es un niño. Pero ahí es precisamente donde reside una diferencia crucial.


Los niños experimentan el progreso de manera diferente a los adultos.

Un adulto a menudo piensa:

Solía poder hacer eso. Ahora ya no puedo.


Un niño piensa diferente. Un niño piensa:

Mira, ahora puedo hacer un poco más.


Los niños poseen una neuroplasticidad notable. Su sistema nervioso es capaz de aprender, adaptarse y estar abierto a nuevos caminos. Y nuestra tarea como padres es preservar y fortalecer precisamente esta perspectiva, no centrándonos en lo que falta, sino en lo que regresa.


¿Por qué elegimos las células madre?


Antes de explicar por qué vamos a Chicago y por qué elegimos este camino, hay algo importante para nosotros: explicar qué significa realmente la terapia con células madre y por qué tiene sentido para Oliver.

Las células madre son especiales porque aún no han asignado una función específica. Si bien la mayoría de las células del cuerpo están claramente definidas, las células madre son flexibles. Pueden dividirse, liberar moléculas señalizadoras e iniciar procesos que favorecen la curación y la reparación. La terapia con células madre no consiste simplemente en reemplazar las células nerviosas dañadas. Se trata de modificar el entorno dentro de la médula espinal lesionada para que la curación sea posible de nuevo.


La investigación del Dr. Mohamad Bydon utiliza las llamadas células madre mesenquimales.


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Las inyecciones se administran por vía intratecal, es decir, en el líquido cefalorraquídeo que rodea la médula espinal y el cerebro. Allí, las células madre no actúan como un fármaco de efecto inmediato, sino como un estímulo biológico. Reducen la inflamación, mejoran el entorno del sistema nervioso y pueden contribuir a la reorganización de las vías nerviosas o al fortalecimiento de las conexiones existentes. En esencia, permiten al cuerpo recuperar su actividad por sí solo.


Es importante que seamos claros: la terapia con células madre no es un milagro ni una garantía. Es investigación. En estudios previos, la seguridad fue el enfoque principal. Los datos hasta la fecha muestran que la terapia es bien tolerada y no se han observado efectos secundarios graves. A menudo, el hallazgo más negativo es que no se observa ningún cambio medible. No se ha observado ningún deterioro debido a la terapia en sí.


Este enfoque es especialmente interesante para los niños. Poseen una neuroplasticidad notable. Su sistema nervioso es significativamente más adaptable y capaz de aprender que el de los adultos. Mientras que los adultos suelen centrarse en lo que han perdido, los niños experimentan el progreso como algo nuevo. Un pequeño pulgar que se mueve. Una pelota que se puede agarrar con ayuda. Pequeños pasos que representan enormes logros para un niño. La terapia con células madre no sustituye a la fisioterapia ni a la terapia ocupacional; las complementa. Comienza donde el entrenamiento por sí solo alcanza sus límites.


Por eso estamos tomando este camino.


No porque estemos seguros.

No porque haya garantía.


Pero porque existe una posibilidad real. Una oportunidad de brindarle al cuerpo las condiciones que permitan la curación. Una oportunidad de recuperar algo más que la estabilidad.


Sabemos lo que se siente ser padres sin esperanza. Y precisamente por eso no queremos tener que decir después que ni siquiera consideramos esta opción.



Mirando hacia el futuro


El año que viene viajaremos a Chicago dos veces. Una en abril o principios de mayo, y la otra en otoño. Allí, Oliver participará en un programa especializado de terapia con células madre.


Este no es un camino fácil. Pero es un camino con esperanza.


Y es precisamente por eso que tomamos este camino. Por eso vamos a Chicago. Por eso volvemos con el Dr. Bydon. Y por eso estamos agradecidos de haberlo encontrado de esta manera. Es un gran honor para nosotros que la historia de Oliver pueda continuar en este momento, con un médico que no solo tiene experiencia, sino también la valentía de innovar.


No tomamos este camino a la ligera. Lo hacemos porque sabemos lo que significa la esperanza. Si sabes que ya no hay esperanza, con el tiempo pierdes las fuerzas. La esperanza es lo que nos sostiene. Es lo que te levanta por la mañana. Lo que te impulsa a seguir adelante cuando todo en tu interior te grita que no puedes seguir.


Y queremos transmitir esta esperanza.


Quizás algún día Oliver progrese, no solo por sí mismo. Quizás su historia también anime a otros padres. Padres que se desvelan por las noches, buscando desesperadamente en internet, preguntándose si aún hay una salida. Si aún hay un camino que no solo signifique estancamiento.


Si luego se topan con Oliver y leen que hay posibilidades, que la investigación continúa, que la medicina está evolucionando, entonces todo eso tendría un significado que nos trasciende.


Oliver es el primer niño del mundo en recibir esta terapia con células madre. Y sí, estamos orgullosos de ello. Por gratitud. Orgullosos de que haya sobrevivido. Orgullosos de que esté recibiendo ayuda. Orgullosos de que le estén dando una oportunidad, y eso nos da una nueva esperanza.


Feliz Navidad a todos. El viaje de Oliver continúa. Gracias por acompañarnos.


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5 comentarios


lauracajicapensado
hace 3 días

Hola!

Me da mucha alegría saber que hay una esperanza para Oliver, de verdad deseo con el alma que esto sea funcional, yo sé lo que es ser un madre “sin esperanza” y se, que esto les va a ser muy beneficioso.

También es cierto que me devuelven la esperanza a mi, aunque las condiciones de nuestros hijos son diferentes, voy a investigar e intentar hacerlo para mi niña.

Ojalá pudieran compartir información de cómo pedir información, valga la redundancia, para el tratamiento.


Saludos y mil mil bendiciones

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valentina.lc
hace 3 días

Bendiciones Oli!! Eres un guerrero y desde ya estoy mandando las mejores vibras para que continúes avanzando en tu recuperación favorablemente. Así será!!! Te admiro un montón y estoy muy orgullosa de ti!

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gutierrezhylda
hace 3 días

Que la esperanza tenga buenos frutos y que Oliver mejore cada día , Dios esté con ustedes y sigan recibiendo sus bendiciones.

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gorda.manriquez
hace 3 días

Primeramente Dios eso va a dar resultados a lo verán 🙏🏻🙏🏻🙏🏻🙏🏻díganle a Oliver q tiene una admiradora q lo ama 🥰🥰🥰🫶🏻♥️🫶🏻

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ellorentelobo
hace 3 días

Todas nuestras esperanzas están con el, gracias por mostrarnos su camino con tanto detalle! Feliz navidad y aquí continuaremos! ❤️

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